Los bosques son biológicamente los lugares con mayor diversidad del planeta; ellos cubren sólo el 2% de la superficie de la Tierra o el 6% de su masa terrestre y aun así los bosques albergan cerca de la mitad de las plantas y especies animales en la Tierra. La Academia Nacional de la Ciencia estima que los bosques están siendo destruidos a un ritmo de 50 millones de acres cuadrados (la extensión de Inglaterra, Escocia y el País de Gales combinados) por año. Por consecuencia, el salvar estas áreas invaluables se ha convertido en una causa medioambiental urgente. Gente de todos los rumbos de la vida han dado de forma desinteresada, su tiempo y dinero para ayudar a cimentar proyectos que enseñen a la gente a cómo utilizar los recursos que el bosque tiene que ofrecer sin tener que destruirlo en el proceso.
Una persona, sin embargo, ha hecho un sacrificio supremo por esta merecida causa. Su nombre era Chico Méndes y el 22 de diciembre del año 1988, fue muerto mientras trataba de salvar su entrañable Amazonas de la destrucción.
Nacido el 15 de diciembre del año 1944 en Brasil, Chico Méndes creció en una familia de recolectores/cultivadores de caucho (también conocidos como seringueiros). La extracción del caucho ha sido practicada por familias del Amazonas por generaciones. Es un proceso por el cual se extrae, sin causar daño, la savia de los árboles de caucho, que luego es usada en productos tales como neumáticos de autos, borradores de lápices y hasta en tupperware.
No es sorpresa entonces, que Méndez encontrara una gran oposición por parte de los industriales y oficiales corruptos del gobierno quienes sacaban provecho por la devastación del Amazonas. El fué encarcelado, multado y amenazado pero nada pudo detenerlo de su misión por salvar su querida jungla. Cuando en el año de 1988, un ranchero de nombre Alves de Silva ordenó matar a Méndez, el poder de su movimiento sólo se incrementó.
Méndes luchó valientemente para oponerse a las prácticas destructivas de las grandes compañías e individuos. El defendía el retorno de sistemas de agricultura sostenibles y urgía a sus compatriotas brasileños a efectuar protestas no violentas contra las corporaciones que les robarían su medio de vida.
Las protestas que siguieron al asesinato de Chico Méndes fueron ensordecedoras. Marcaron un giro de 180 grados en la lucha para salvar el Amazonas. Un rostro humano podía ser vinculado con la causa: dinero y apoyo de todos los rincones del planeta llegaron a raudales para ayudar a completar el trabajo de Méndes. La grave situación del seringueiro se ha convertido en una causa célebre, y mucho más, alcanzando reformas que se han emitido desde la muerte de Chico Méndes para asegurar el futuro de esta industria pro-ecología.
Chico Méndes no es sólo un héroe del Amazonas, él es el héroe del planeta entero. La incineración del Amazonas, es una quema que impacta cada bosque, ciudad y pueblo en el planeta. Los incendios por los cuales Chico Méndes luchó, amenazaron más que tan sólo unos cuantas y exóticas localidades a miles de millas de distancia.
http://www.miheroe.org/